Una de las escenas que transcurre en el barrio
deprimido de Filadelfia (la ciudad natal del luchador), hijo y padre se
encuentran para entablar una discusión donde Paulie descarga su frustración a
su padre por no haber conseguido sus metas y acusa a su padre de encontrarse en
la situación en que se encuentra. El viejo boxeador cansado de la actitud de su
hijo le espeta lo siguiente:
“No te lo vas a creer
pero cabías en la palma de mi mano, te levantaba y le decía a tu madre: Este
va a ser el mejor chico del mundo, este chico va a ser mejor de lo que nadie se
imagina...Fuiste creciendo, cada vez más estupendo, era fantástico poder
observarte ¡un privilegio! Y cuando llegó el momento de hacerte un hombre y
afrontar el mundo ¡lo hicistes!
Pero en algún momento del trayecto, cambiaste, dejaste de ser tú, permitiste que te señalaran y que te dijeran que no sirves y cuando empeoró todo, buscaste a quien echarle la culpa, a una sombra alargada.
Voy a decirte algo que tú ya sabes, el mundo no es todo alegría y color, es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente, sino se lo impides: ¡ni tú… ni yo… ni nadie golpea más fuerte que la vida! pero no importa lo fuerte que golpeas si no lo fuerte que pueden golpearte y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar así es como se gana. Si tú sabes lo que vales, ves y consigue lo que mereces. Tendrás que soportar los golpes y no puedes estar diciendo que no estás donde querías estar por culpa de él, de ella ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres, eres capaz de todo.
Yo te querré en cualquier situación, pase lo que pase, eres mi hijo y llevas mi sangre, tú eres lo mejor de mi vida pero hasta que no empieces a creer en ti mismo no tendrás tu vida propia.”
Pero en algún momento del trayecto, cambiaste, dejaste de ser tú, permitiste que te señalaran y que te dijeran que no sirves y cuando empeoró todo, buscaste a quien echarle la culpa, a una sombra alargada.
Voy a decirte algo que tú ya sabes, el mundo no es todo alegría y color, es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente, sino se lo impides: ¡ni tú… ni yo… ni nadie golpea más fuerte que la vida! pero no importa lo fuerte que golpeas si no lo fuerte que pueden golpearte y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar así es como se gana. Si tú sabes lo que vales, ves y consigue lo que mereces. Tendrás que soportar los golpes y no puedes estar diciendo que no estás donde querías estar por culpa de él, de ella ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres, eres capaz de todo.
Yo te querré en cualquier situación, pase lo que pase, eres mi hijo y llevas mi sangre, tú eres lo mejor de mi vida pero hasta que no empieces a creer en ti mismo no tendrás tu vida propia.”